Labor of Faith |
A veces el masoquismo en España supera la norma. Un ejemplo clásico seria nuestro sentimiento de culpabilidad por haber colonizado América. Como consecuencia de esto fue fácil que la dañina leyenda negra se incrustara en las mentes de muchos españoles. Después de todo se trata de una visión torcida del mundo protestante y anglosajón sobre nuestra nación. Es triste que aun se le de la razón a los que diseñaron esta bazofia. Lo raro es que solo España tiene esta reputación. En cambio ningún país de la órbita protestante se le cargó con este estigma. ¿Por qué? Solo se me ocurre una razón. La importancia de nuestra patria en el mundo llegó a ser enorme. Durante los siglos XVI al XVIII, la influencia de España a nivel cultural, religioso, politico y militar era universal. Nunca hubiera existido esta leyenda si España no hubiera sido tan importante en el mundo, o si hubiese traicionado su catolicidad, como lo hicieron otros países de Europa.
La leyenda negra fue anticatólica y antiespañola, y tuvo a Inglaterra como guía de esta despreciable acción. Ayudaron a incrementar tal patraña una legión de escritores, que volcaron sus ponzoñosos libelos en vilipendia a nuestra nación. Pronto estas ideas se generalizaron en una Europa secularizada y petulante. Para algunos hispanistas las raíces del odio contra España debe buscarse en documentos del siglo XVI, como la Apología de Guillermo de Orange, que pintaba a España como una nación cruel, opresora y cuyo enorme poderío estaba al servicio de la ignorancia y la superstición. Lo más despreciable era que los cínicos agentes de la leyenda negra acusaban a España de crímenes que solo ellos cometieron. Por supuesto sus respectivos pueblos asimilaron de una forma borreguil el fanatismo contra España, en particular el mundo anglosajón y protestante. No solo tergiversaron la Historia Española y la grandeza de la epopeya del Descubrimiento de América, sino que al mismo tiempo silenciaron sus sórdidos sistemas coloniales de los siglos XVII al XIX. Pues de todo, es sabido el feroz exterminio de los aborígenes de Norteamérica y el sangriento sometimiento de tantos pueblos africanos, asiáticos, y oceánicos en los procesos colonizadores realizado por Occidente.
Allí donde estuvo la Iglesia Católica no hubo ni racismo ni exterminio de los indios. Un magnifico ejemplo lo tenemos en el Paraguay con la loable labor de la Compañía de Jesús. Pero si hablamos de leyenda negra aquí tengo alguna no muy conocida. Enrique VIII en virtud de la ley de supremacía obligó a sus súbditos a convertirse al Anglicanismo. Su reinado de terror costó casi 200,000 víctimas, casi todos católicos,
Oliver Cromwell aniquiló a los católicos de Irlanda, entre muertos o exiliados, 500,000. En Alemania con Lutero había más que 100,000 muertos debido a su fanatismo homicida. Pará los colonos protestantes, los indios no eran almas a las que hubieran de instruir en la fe. Las teorías de Darwin reforzaron aun más la aniquilación de los indios en Norteamérica. Creo que ya es hora de una vez de dejar de culpabilizarnos y de sentirse un poco orgulloso de nuestro país. Pues si 400 millones de personas hablan español alguna cosa buena dejemos en Iberoamérica.
Columbus's discovery of America |
Sometimes the masochism in Spain surpasses the norm. A classic example can be found in our guilty conscience for the colonization of America. As a result of this, it was natural that the harmful black legend became engraved in the psyche of many Spaniards. After all, this represents the twisted version of the Protestants and Anglo-Saxons in relation to our nation. It is sadder still that many subscribe to these views. The curious thing is that only Spain possesses this reputation. On the other hand, there is no country within the protestant orbit that has been burdened with this stigma. So why is this so? There is one reason that has occurred to me. The importance of our motherland in the world had become too enormous. From the century XVI to XVIII, the influence of Spain from a cultural, religious, political and military level was universal. The black legend would never have existed if Spain had not been so important in the world, or if it had turned its back on Catholicism, like many other countries of Europe.
The black legend was anti-Catholic and anti-Spanish, and it was propagated by England. A legion of writers helped to spread this hoax; they transformed their venomous accusations into insults upon our nation. Soon these ideas became widespread in a secular and arrogant European continent. For some Spanish scholars the roots of hatred against Spain dates back to documents of the century XVI, like the Vindication of Guillermo de Orange, who painted a picture of Spain as a cruel nation, oppressive and whose enormous power was for the service of ignorance and superstition. But the despicable thing was that these cynical propagators of the black legend accused Spain of the very crimes that their nations committed. As a result the respective people of these nations, like sheep, harbored a strong fanaticism against Spain, especially the Anglo-Saxon and protestant world. Not only did they distort Spanish History and the spectacular epic that was the Discovery of America, but that at the same time they turned a blind eye towards their squalid colonial systems during the centuries XVII to the XIX. Above all, there was no mention of the ferocious extermination of the natives of North America and the bloody subjugation of so many African, Asian and Oceanic people by the West.
In the regions where there was the influence of the Catholic Church, there was neither racism nor extermination of the Indians. I would like to emphasize the example in Paraguay, where praiseworthy labor was carried out by the Company of Jesus. When we speak of the black legend, there is a little known fact that would qualify as such. Henry VIII, by virtue of the law of supremacy, forced his subjects to convert to Anglicanism. His reign of terror took the lives of almost 200,000 victims, almost all of whom were Catholics.
Oliver Cromwell annihilated the Catholics of Ireland, among the dead and exiled, 500,000 in total. In Germany with Lutero, 100,000 people died as a result of his homicidal fanaticism. Within the protestant colonies, the Indians were not looked upon as people who could be taught the ways of the protestant faith. The theories of Darwin served to further reinforce the destruction of the Indians in North America. I believe that it is time that we stop putting blame and guilt on ourselves and start feeling proud our country. If there are 400 million people who speak Spanish, it means that at least we did leave something good behind in America.
es verdad, la leyenda negra fue un arma propagandística, habría de todo qué duda cabe, así es la Historia y lo desarrollas muy bien
ResponderEliminarsaludos blogueros (ya me dejó seguirte)