Dentro del mundo de la Ilustración francesa, uno de los más
furibundo ateísta sin duda alguna fue el Barón Holbach. A Holbach se le debe la gran difusión de las
ideas ateístas en la Europa de la Ilustración.
Les dejo con unas mordaces críticas que dirigió al pueblo elejido, es
decir a los judíos.
“En una pequeña región casi ignorada por otros pueblos,
habitaba una nación cuyos fundadores, esclavos durante largo tiempo de los egipcios,
fueron liberados de su servidumbre por un sacerdote de Heliópolis que, gracias
a su genio y sus conocimientos superiores, consiguió tener ascendiente sobre ellos.
Éste hombre conocido por el nombre de Moisés, educado en las ciencias de esa
región fértil en prodigios y madre de supersticiones, se puso al frente de una
tropa de fugitivos a quienes persuadió de que era interprete de los caprichos
de su Dios, conversaba personalmente con él y recibía directamente sus órdenes.
Se dice que apoyó su misión con obras que parecieron
sobrenaturales a hombres desconocedores de las pautas de la naturaleza y los
recursos del arte. La primera de las órdenes que les dio de parte de su Dios
fue robar a sus señores. Cuando los hubo enriquecido con los despojos de Egipto
y se aseguró su confianza, les condujo a un desierto donde, durante
cuarentaanos, los habitúo a la mas ciega obediencia. Les ensenó los caprichos del cielo la fabula
maravillosa de sus ancestros, las ceremonias extravagantes a las que el Altísimo
vinculaba sus favores. Sobre todo, les inspiró el odio mas envenenado hacia los
dioses de las otras naciones y la crueldad más refinada contra quienes los
adoraban. A fuerza de masacres y severidad, los hizo esclavos dóciles a sus caprichos.
En suma, hizo de los hebreos unos monstruos de frenesís y ferocidad. Toda la
historia de los hebreos no es más que un amasijo de cuentos indignos de la
seriedad de la historia y la majestad de la divinidad. Ridícula para el sentido
común, parece haberse inventado únicamente para entretener la credulidad de un
pueblo infantil y estúpido.”