La
inseguridad en las calles de Barcelona es lo más parecido a una metástasis cancerosa,
incrustada en la Ciudad Condal. En lo
que va de año, más de 15 personas fueron asesinadas, por escorias procedentes
de Marrueco, Colombia y otros lúgubres lugares. Los robos y agresiones en las líneas de Metro,
es algo cotidiano para el honrado ciudadano. Aquí los carteristas son de
Rumania o búlgaros. Me pregunto que
pensaran desde la tumba, un Terenxi Moix, Josep Pla, y tantos catalanes que
tanto amaron a esta gran ciudad. El que
escribe este post, pasó 33 años de su vida en Barcelona, cuando en el 1967,
esta ciudad era lo más cosmopolita de España.
Ahora es una sombra de lo que fue, púes está gobernada por una nefasta
mujerzuela llamada Ana Colau. Esta
analfabeta política volvió a ser elegida
de nuevo alcaldesa de la ciudad, con los votos de unos masoquistas ciudadanos.
Ahora muchos se arrepienten de haber
dado tanto poder a esta izquierdista de Podemos. La actitud de esta impresentable ante la
invasión de africanos, vendiendo artículos robados y falsificados en el centro
de la ciudad, es de lo más permisible.
Debido
a su pasividad con los maleantes, que campan a sus anchas por Barcelona, esto
ha provocado que toda la escoria marginal de Europa se haya desplazado a
Barcelona, como un lugar seguro y cómodo para sus fechorías. Claro que en esta ciudad si no roba te pueden
tomar por imbécil, después de todo el Clan Pujol han robado más de 300 millones
de Euros, en su larguísima trayectoria política. Luego el ciudadano catalán está más que
vacunado antes estas rutinaria vivencias, digo yo.