Si
algo caracterizó a la revolución rusa de otras revoluciones en el siglo XX, fue
la descomunal muestra de barbarie y crueldad, ejercida por el partido
bolchevique que lideraba el intelectual Lenin. Para muchos historiadores el leninismo fue tan
inhumano como el stalinismo. Una muestra
de cómo se las gastaba el siniestro Lenin, fue la matanza de obreros ocurrida
en la región de Astracam, entre el 12 y 14 de Marzo de 1919. Aquí los trabajadores se declararon en huelga,
debido a la militarización en las fábricas, el racionamiento del pan y los míseros
salarios que recibían. El partido de
Lenin mandó a las tropas y a los escuadrones que pertenecían a la siniestra Checa,
con el propósito de destruir el alzamiento obrero. Tras varios días de resistencia, cientos de
trabajadores fueron detenidos. Más de
600 huelguistas fueron embarcados en barcazas y precipitado al rio Volga, todos
llevaban una gran piedra al cuello.
En
esos terribles días cerca de 4,000 trabajadores fueron asesinados, muchos
fusilados o ahogados. Ésta horrible
matanza fue una de las paginas negras de la dictadura del sanguinario leninismo.
Otro ejemplo de barbarie ordenado por Lenin, fue la brutal represión ejercida
contra la Iglesia Ortodoxa rusa en el año 1922.
Aquí las cifras son de vértigo, 2,700 sacerdotes ejecutados, 1,970
monjes y 3,500 monjas sufrieron el mismo destino. Es triste pensar que en pleno 2015, hay aun
millones de personas que creen que el comunismo es sinónimo de libertad, manda cojones,
digo yo.