Antes que nada, el que escribe este post es un homosexual de 79 años y casado con mi pareja. Llevo 30 años con la misma persona. Creo que estas circunstancias me da derecho a hacer una crítica ecuánime a la increíble politización en la que está envuelta el movimiento de LGTB en Occidente. Ayer mismo casi 100,000 personas se manifestaron en Budapest.a favor de los derechos de los homosexuales en Hungría. Me pregunto, ¿es necesario esta demostración de fuerza ante la legítima oposición del gobierno húngaro a tales eventos promocionados por organizaciones, que sólo buscan que haya más dualismo entre las mismas personas? Tambien me pregunto si hay causas más apremiantes que asistir a una especie de carnaval con matices partidistas y políticos. Yo les diría a esas personas que asistieron a esa inmensa manifestación o protesta, que en GAZA están asesinando a palestinos que están haciendo cola para poder recibir un trozo de pan. Pero claro, para muchos homosexuales, la simpatía hacia los palestinos brilla por su ausencia. Lo dicho, menos circo y menos dejarse manipular. Pues siempre he entendido que la sexualidad es algo donde ni el Estado y mucho menos la Religión tienen nada que prohibir. La sexualidad es algo muy privado. Con más razón, dejen su mimetismo y dogmatismo en el armario, digo yo.