No
siendo yo una persona religiosa, tengo sin embargo que admitir que la figura de
Jesús Cristo, Buda y Socrates. Tienen
los tres algo en común, que me hacen sentir una profunda y verdadera simpatía o respeto
por estas tres nobles personalidades. En
el caso de Jesús Cristo, lo bueno de él, es que no era una divinidad vengativa,
ni un afamado sabio, sino todo lo contrario. Era un humilde hijo del pueblo. En la otra gran corriente religiosa o espiritual,
tenemos al fundador del Budismo, Gautama, que fue el hijo de un rey que de
forma voluntaria se convirtió en un mendigo. El fundador del Cristianismo fue un sencillo
carpintero que abandonó su casa y a sus padres, para vivir como un maestro enseñándonos
el verdadero camino.A Jesús Cristo le
gustaba de vivir y mezclarse entre la gente sencilla, lo mismo que Buda o
Socrates. El noble ideal del
Cristianismo primitivo consistía en la vida tranquila, a la cual aspiraban los
sabios de Grecia como Platón o Aristosteles.
Pero
también Jesús Cristo predicaba que tenemos que alzar nuestras voces contra las injusticias sociales,
y a saber morir por la fe, es decir por la justicia y el reconocimiento del
derecho universal de igualdad entre los seres humano, para lograr de esta
manera ser libre. ¿Qué podemos decir de
Socrates, un personaje que está al mismo nivel que Jesús Cristo o Buda. Él también supo saber morir y hacer frente a
la tiranía de los sofistas. Sócrates vivió
en total pobreza y el día de su condena, no tenia el dinero suficiente para
pagar la multa que le impuso el tribunal. ¡Qué gran diferencia de estos tres hombres buenos,
con los actuales vendedores de humo y hedonismo, que rigen los destinos del mundo!
Éstos tres hombres sabios son y serán la
antítesis de la decadencia moral y ética de nuestros confusos días.