No
tuvieron bastante los alemanes con dos sangrientas guerras mundiales, que
llevaron la muerte y la destrucción a Europa, que ahora vuelven otra vez a las andadas.
Eso sí, ahora sin necesidad de sus
Panzer Divisiones. Ésta vez se trata de
poner de rodilla a los hermosos y bucólicos pueblos del Mar Mediterraneo, utilizando
sus impopulares y luteranas medidas. El
caso de Chipre es de lo mas repugnante que se ha visto últimamente en la dócil Europa.
Me pregunto, como otros millones de
ciudadanos europeos, ¿a qué cojones juegan los prepotentes y autoritarios teutones?
Púes con sus injustificadas medidas solo
harán que el odio hacia ellos sea una realidad mas pronto que tarde. La mejor manera de decirle a la nueva encarnación
del espíritu hitleriano, que representa tan bien la Canciller Ángela Merkel, es
que hasta aquí hemos llegado, señora. Sería de gran utilidad que los gobiernos a través
de Referéndum populares, decidieran salir del maldito Marco aleman, pues, que no
es otra cosa que la moneda Euro.
Lo
mas grave viene cuando un imbécil de baba que es representante del Eurogrupo, llamao
Jeroen Dijsslbloem. Afirmó el botarate
que el caso de Chipre se podría extrapolar al resto de Europa. En pocas palabras el dinero de pensionistas, accionistas,
bonistas y ciudadanos corrientes, podrían sufrir una merma en sus ahorros como
en Chipre para salvar a los malditos bancos. Ya ven, vuelve el viejo totalitarismo hitleriano,
eso sí, disfrazado como Cristiano Demócrata, faltaría mas. Los únicos que salen ganando con esta crisis
son los alemanes, púes se han ahorrado 10,000 millones de Euros al tener que
pagar solo un 1 por ciento de interés por su deuda, todo lo contrario de
España, Grecia, Portugal o Italia. Lo
patético es cuando el ministro de finanza alemán Wolfang Schaeuble afirmó, el
muy estúpido, que los países con problemas tienen envidia de Alemania. Sí, claro, estamos envidiosos de haber
provocado dos guerras mundiales. ¡Anda! ¡Váyase a tomar su jarra de cerveza y duerma
la mona, maldito teutón!, digo yo.