Hubo una vez en que en USA el carácter de sus ciudadanos se definía en el término de ética protestante. El sociólogo Max Weber atribuía el éxito del incipiente capitalismo moderno a tal ética. La ética protestante o puritana se basaba en la noción de que el trabajo duro y la vida austera eran los fundamentos principales en lo que se sustentaba el cristianismo. De esta manera si un ser humano trabajaba duro y encima era frugal, se le consideraba uno de los elegidos. Se creía que esos atributos benéficos hacían de los americanos un pueblo más laborioso que pueblos de otros lugares, aunque a las sociedades de la Europa protestante se le consideraba como de segundo nivel, mientras que los pueblos católicos del sur de Europa se le tildaba de perezosos o displicentes. Claro que estamos hablando de una ética dentro de una sociedad rural.
Por supuesto USA no es ahora la sociedad que describía Max Weber en su famosa obra, Ética Protestante y Capitalismo. La economía de EE.UU. se basa en la actualidad en un feroz capitalismo industrial. Una economía agraria rara vez produce más de lo que puede consumir, mientras para mantener una economía industrial en perfecto funcionamiento, el consumo no solo debe ser continuo sino que debe incrementarse sin parar. Algunos estudios sociológicos son de la opinión que se estaría presenciando la decadencia o caída de la ética protestante en las sociedades occidentales debido a que la ética protestante tiene sus raíces en la religión. La decadencia se atribuye a un altísimo aumento del laicismo, y a un desmedido consumo en que se ha instalado la sociedad de USA.
Una economía industrial necesita que la gente gaste y gaste, mientras que la frugalidad requiere que la gente ahorre y ahorre. De esta forma es como la economía de USA está destruyendo los fundamentos que aún perdura de la ética protestante. Ahorra es bueno para el individuo, pero malo para los poderes económicos interesado de una manera perversa a que el gasto se incremente sin fin. De esta forma el maldito consumo ha sustituido al ahorro en las mentes del ciudadano americano. Como resultado de esta anomalía, el consumo desbordado ha sustituido al trabajo duro y al ahorro. El consumo el nuevo becerro del oro está derrotando a los descendientes puritanos del Mayflower. Así el capitalismo salvaje ha podido romper el eslabón que le unía con la ética protestante. Al final la única tendencia religiosa o filosófica será el Taoísmo.
There was once a time when in the USA the character of its citizens was defined in terms of protestant ethics. The sociologist Max Weber attributed the success of incipient modern Capitalism to this ethics. The protestant or puritan ethics was based on the notion that hard work and an austere lifestyle were the main foundations in which Christianity was sustained. In this way if a human being worked hard and above all was frugal, he would be considered one of the chosen ones. This was thought to be the beneficial attributes that made the Americans a people more industrious than people of other places, although the societies of protestant Europe were considered as second class, the Catholic people of Southern Europe were nonetheless labeled as sluggish or insolent. Clearly we are speaking of the ethics within a rural society.
The USA today is clearly not the society what Weber had envisioned in his famous work, Protestant Ethics and Capitalism. The American economy today is based upon a kind of ferocious industrial Capitalism. An agrarian economy rarely produces more than what it can consume, while to maintain an industrial economy in operation, consumption not only must be continuous but the level must be increased without stopping. Some sociological studies are of the opinion that this would mark the decay or fall of the protestant ethics in the western societies because protestant ethics has its roots in religion. The decay is attributed to a tremendous rise of laicism, and to an excessive consumption in which the society of the USA has been mired.
An industrial economy requires that people spend and spend, whereas frugality requires that people save and save. In this manner it is as if the economy of the USA were destroying its own foundations of protestant ethics. Saving is good for the individual, but bad for the economic powers that in their perverse way would prefer that there is no end in spending. In this way, damned consumerism has replaced the virtue of saving in the minds of the American citizens. As a result of this anomaly, excessive consumption has replaced hard work and saving. Consumption is like the new golden calf that is overwhelming the puritan descendants of Mayflower. Thus savage Capitalism has been able to break free of its link to protestant ethics. At the end of the day the only surviving religious or philosophical belief will be the Taoism.
excelente la referencia a Weber y a su gran obra, más que en un capitalismo industrial, este es un capitalismo de consumo en el que efectivamente, basado en el hiperconsumismo hedonista, se quiebra la antigua virtud ética.
ResponderEliminarsaludos (sigo sin poder hacerme seguidor tuyo, no lo olvido, no sé por qué ocurre eso)
Uh, no estoy del todo de acuerdo con ese análisis sobre capitalismo brutal...
ResponderEliminarAqui (USA)se consume de todo, pero sobre la base de gastar el dinero de la mejor manera posible, invirtiéndolo en lo que realmente se necesita o se desee tener, buscando siempre las mejores ofertas, e incluso usando los cupones de ahorro que regalan las compañias productoras y las vendedoras. Los más vivos usan el dinero austeramente, ahorrándolo e invirtiendo en algún tipo de negocio para hacerlo producir más dinero. Como es lógico, en una economía de mercado libre,y competitiva, el productor trata de vender su mercancia, pero solo triunfa si ésta tiene calidad y si relamente sirve para mejorar las condiciones de vida, el confort, que todos, de una forma u otra siempre aspiramos a alcanzar en nuestras vidas.
Aquí hay de todo, para satisfacer gustos de acuerdo con las posibilidades económicas de cada cual. Se estimula a la gente a que luche por alcanzar un nivel de vida mayor y se brindan las oportunidades para ello sin distinción de raza, credo politico o religioso. Los vagos, los desidiosos, se quedan atrás. los inteligentes que saben aprovechar las circunstancias que le rodean, triunfan. Los que se enferman o nacen con problemas, no son abandonados, como muchos que no han vivido aquí piensan, la comunidad, las iglesias y el propio estado los ayuda económicamente.
No existe la sociedad perfecta ni el sistema perfecto, pero entre socialismo y capitalismo brutal, yo me quedo con este ultimo. La experiencia de los años que viví en mi país, me basta para saber que el socialismo no es la solución de los problemas de la humanidad.
Saludos
Esperanza