A España no le fue nada fácil dominar a los bravos pueblos indígenas del Valle de Caraca. La resistencia de las tribus indígenas de origen Caribe fue feroz. Con inferioridad de armas y también numérica, aun así vendieron cara su libertad. Uno de los que plantaron cara y desafiaron al imperio español de la época fue el gran cacique indígena Tamanaco. Como muchos líderes indígenas de su tiempo, lideró con gran valentía y arrojó la resistencia de los indígenas venezolanos, al proceso de conquista llevado a cabo por los españoles en territorio de Venezuela, durante el periodo del siglo 16. Como cabeza pensante de los indios Mariches se levantó sin miedo a la cada vez más insolente penetración hispana en el Valle de Caraca.
En el año 1573 un fortísimo contingente de tropas llegó de España y de las Antillas Menores, con el propósito de encargarse del levantisco Tamanaco y sus seguidores. En poquísimo tiempo la expedición mandada por el teniente Francisco Calderón y el capitán Pedro Alonso Galeas se adentraron con la estimable ayuda del cacique Aricabacuto en el Valle de Caraca. Al enterarse Tamanaco de la incursión del enemigo, preparó sus fuerzas que comprendían más de 300 curtidos guerreros, conformado por indios de las tribus Teques, Arbacos, y Mariches. Enseguida se entabló una lucha feroz entre españoles e indigenas, la cual parecía inclinarse a favor de las tribus indígenas, hasta el momento en que fueron atacados de una manera sorpresiva por fuerzas de la caballería.
Esto determinó que el gran jefe Tamanaco fuese apresado por Garsi González de Silva. Posteriormente fue condenado a muerte, pero se le prometió salvar su vida si lograba derrotar en un atroz combate cuerpo a cuerpo a un perro que pertenecía a González de Silva. El perro como una gran ironía se llamaba Amigo. El jefe Tamanaco no se dejó amilanar y aceptó el singular reto, expresando según algunos historiadores las siguientes palabras, El perro morirá en mis manos y así sabrán los hombres crueles de todo lo que es capaz de hacer Tamanaco. Mas la triste realidad se impuso una vez más. El valiente Tamanaco murió en esta desigual lucha, victimas de las salvajes dentelladas causada por el perro de raza mastín llamado Amigo. Eso sí, murió Tamanaco, mas su leyenda permaneció y sirvió de ejemplo para los pueblos indígenas de Venezuela.
It was not an easy task for Spain to dominate the brave indigenous people from the Valley of Caraca. The resistance of the indigenous tribes of Caribbean origin was ferocious. Even though they were inferior in numbers and arms, they decided to pay the high price for their freedom. One of those who stood up to and defied the Spanish empire of the time was the great indigenous cacique Tamanaco. Like many indigenous leaders of its time, he led with great courage and built up a strong resistance of the Venezuelan natives, against the progressive conquest carried out by the Spaniards within the territory of Venezuela, during the period of the 16th century. As the head of the Mariches Indians, he rose up to the challenge without fear while the ever growing insolence of the Hispanic invasion led to the penetration into the Valley of Caraca.
In 1573 a strong contingent of troops arrived from Spain and the Minor Antilles, so as to be able to overcome the rebellious Tamanaco and his followers. In very little time the expedition sent by the lieutenant Francisco Calderon and the captain Pedro Alonso Galeas and with the invaluable aid of the cacique Aricabacuto, entered into the Valley of Caraca. When Tamanaco found out about the incursion of the enemy, he prepared his forces that comprised of more than 300 well trained soldiers, including the tribes Teques, Arbacos, and Mariches. Immediately a ferocious struggle broke out between the Spaniards and natives, which initially seemed to skew in favor of the indigenous tribes, until the moment when they were caught by a surprise by the forces of the cavalry.
This move led to the capture of the great Tamanaco by Garsi Gonzalez de Silva. Later he was condemned to death, but was promised that he will be spared if he managed to defeat the atrocious dog that belonged to Gonzalez de Silva in hand to hand combat. The dog was called Amigo ironically. Tamanaco did not fear the challenge and accepted it, and according to some historians said the following words, “The dog will die at my hands and thus all the cruel men will know what Tamanaco is capable of. But the sad reality prevailed once again. The brave Tamanaco died in this unequal fight, victim of the wounds inflicted by the dog, a mastiff called Friend. Yes, Tamanaco lost his life, but his name lives on to this day and serves as an example for the indigenous people of Venezuela.
Hola, Agustín: muy buena historia esta que pones del levantisco Tamanaco. Un placer.
ResponderEliminarsaludos blogueros
Espero que no haya vuelta de todas nuestras injustas y salvajes colonizaciones.
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