Soy de la opinión que la quietud y el silencio es algo innato en los seres con un espíritu sensible y pacífico. Mientras tanto,el salvaje y atronador RUIDO junto con el jolgorio desenfrenado va siempre unido a las masas amorfas e iletradas. Para la plebe el silencio y el recojimiento es en cada momento un estado de pavor y miedo. La quietud hace que la plebe este casi obligada a discernir sobre su miserable finitud. Eso le perturba de forma atroz, es entonces cuando recurren a embrutecer sus sentidos con ruidos infernales que combinan con sus amorfas existencia. ¡Que distintos son sin embargo las personas que se sumergen en la paz de los sentidos,y son felices escuchando los alegres trinos de unos simples pajarillos,o deleitando su alma con algo de J.S.BACH! Esa inmensa tranquilidad que anida en sus almas junto con el sublime silencio les hacen, estar más cerca del Creador, lo contrario de los que son devorados por el RUIDO nauseabundo que brota del mismísimo Infierno, digo yo.
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