Siempre
había deseado alcanzar esa clase de amor, qué solo se daban en las novelas románticas
de Florence L Barclay, pues su vida amorosa era lo mas parecido a una
insustancial o banal cacería de fines de semanas, en donde la pieza capturada
dejaba de tener su valor al cabo de unos días, de esa manera se sucedían los
dias sin que sus sueños de encontrar un amor sincero pudiera cristalizar. Un día sin embargo sus anhelos pareció cumplirse,
al conocer a esa mágica persona de sus imposibles sueños. Fue en un refinado restaurante de la zona
opulenta de la ciudad. Ése día como
tantos otros acudió al céntrico restaurante, dónde ejercía su modesto trabajo
de camarero. Fue al servir la mesa en
donde estaba sentado aquel elegante cliente, cuándo algo le hizo vislumbrar en
unos segundos, que aquella persona era la que tanto había deseado conocer y amar.
Algo reciproco ocurrió entre aquellos
dos seres, que el destino o el Karma habían programado para juntarse y amarse.
Todo
ocurría como si algo sobrenatural hubiera escrito un guion para sus nuevas vidas.
Fue así que desde aquel feliz día, la vida de ambos pudo transcurrir por un
periodo de mas de 60 años, en donde el respeto y la solidaridad les unió con
tanta fuerza. Sin embargo ese lirico y tierno
amor, tenia una fecha de caducidad para uno de ellos. Fue así que se juraron morir al mismo tiempo.
Aquélla tarde de Otoño pactaron meterse en la amplia bañera, y tras injerir una
gran dosis de barbitúrico con cognac, se abrieron las venas y el agua templada
hizo el resto. Al día siguiente aquellos
dolientes amantes, eran dos perros vagabundos en la periferia de la populosa Bangkok.
De esa forma la reencarnación les dio a
aquellos dos amantes, la nueva oportunidad de continuar su bella historia de
amor.
Vaya historia
ResponderEliminarEso digome digo yo tambien,creo que se me fue algo la pinza,jejeje,saludos,
EliminarToda una historia de amor, pero con giro final inesperado. Muy bueno.
ResponderEliminarun abrazo
fus
No acostumbro a escribir esta clase de microrelatos la verdad.En si tu algunas veces lo borda.El final me parecio digno de estas dos almas gemelas,un abrazo,
EliminarPero para terminar así, de esa manera tan inesperada, tenían que haber llegado previamente al nirvana. De todas maneras es una bonita historia de amor.
ResponderEliminarSaludos
LLevas razon primero es el Nirvana,solo que me tome ciertas libertades al darle otro contenido a este cuento,saludos,
EliminarSi en vez de cortarse las venas hubiesen cortado el grifo, hoy todavía podrían estar disfrutando como dos jóvenes enamorados de un idilio eterno. El amor no entiende de edades y está siempre fresco tan fresco como las flores en la primavera.
ResponderEliminarUn abrazo.
El idilio eterno lo difrutaran como dos perros en Bangkok,que despues de todo no esta mal,jejeje,un abrazo,
EliminarTe noto un poco blndurrio y sentimentaloide. Se nota que en Nueva Zelanda ha llegado la primavera y caminas hacía aquello de " la sangre altera".
ResponderEliminarUn saludazo.
Pueda que la primavera este alterando mi sistema emocional.Lo de la sangre alterada enterandome de lo que pasa en nuestra patria,desde luego no es efecto de la primavera jejeje,un saludazo,
EliminarYo es que soy más de historias que acaban bien y de comedias románticas de Nora Ephron, pero también tiene su aquel, hay que reconocerlo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAlgo romantico tiene el relato,aunque la tragedia la remedio algo haciendole seguir sus amores como dos simples chuchos,jejeje,un saludo,
Eliminar