A
esta altura de mi vida, ¿qué más puedo decir sobre la influencia del filosofo francés
Voltaire en mi forma de ver y comprender a los seres humanos? Para mí fue un gran descubrimiento conocer y
poder leer los textos de Voltaire a la
temprana edad de 17 años. Fue tras mi
salida abrupta del Seminario por motivos familiares que el destino me dio la
oportunidad de descubrir a este filosofo, algo que no hubiera pasado si los
caminos del sarserdocio no me hubieran sido negado. Para muchas personas aun hoy en dia, encuentran
condenable el acerado y sarcástico estilo de Voltaire. Sin embargo para mí con el paso del tiempo, me
resulta cada vez más comprensible y ameno. Les dejo con un texto de su gran obra, El Diccionario
Filosófico:
PARAÍSO
La
palabra «paraíso» es una de las que más se han separado de su etimología.
Sabemos que originariamente significaba un sitio plantado de árboles frutales;
luego se llamó paraíso a los jardines que tenían árboles que hacían sombra. Así
se llamaron en la antigüedad los jardines de Sahara hacia Edén, de la Arabia
Feliz, que fueron conocidos mucho tiempo antes que las hordas de los hebreos
invadieran parte de la Palestina.
La
palabra «paraíso» sólo es célebre para los judíos en el Génesis. Algunos
autores judíos hablan de jardines, pero ninguno de ellos dijo una palabra del
jardín que se llamaba paraíso terrestre. ¿En qué consiste que ni los escritores
ni los profetas judíos citaron nunca el paraíso terrestre, del que nos ocupamos
nosotros todos los días? Como esto casi es incomprensible, hizo creer a sabios
audaces que el Génesis se escribió mucho más tarde.
Los
judíos no tomaron nunca ese vergel, esa plantación de árboles, ese jardín, por
cielo. San Lucas es el primero que designó el cielo con la palabra «paraíso»,
cuando Jesucristo dijo al buen ladrón: «Tú estarás conmigo hoy en el paraíso.»
Los antiguos dieron el nombre de cielo a las nubes; esa denominación era
impropia, porque las nubes tocan en la tierra por medio de los vapores que las
forman; y cielo es una palabra vaga que significa el espacio inmenso, en el que
giran multitud de soles, de planetas y de cometas; de ningún modo se parece a
un jardín.
Santo
Tomás dice que hay tres paraísos: el terrestre, el celeste y el espiritual. No
alcanzo a comprender la diferencia que haya entre el espiritual y el celeste.
El vergel espiritual, según Santo Tomás, es la visión beatífica; pero eso es
precisamente lo que constituye el paraíso celeste, el goce del mismo Dios. No
me tomaré la libertad de disputar con el ángel de las escuelas, y me concretaré
a decir: ¡Dichoso el que puede estar eternamente en uno de los tres paraísos!
Algunos
sabios curiosos creen que el jardín de las Hespérides, que vigilaba un dragón,
era una imitación del jardín del Edén, que tenía por guardián un buey con alas
o querubín. Otros sabios más temerarios todavía se han atrevido a decir que el
buey era una mala copia del dragón, y que los judíos fueron siempre rústicos
plagiarios; pero esto es blasfemar, y esa idea no puede defenderse.
¿Por
qué se ha dado el nombre de «paraíso» al último piso de los teatros? ¿Se les ha
dado este nombre por ser el sitio más barato y donde mejor pueden ir los
pobres, por creer que en el otro paraíso hay muchos más pobres que ricos? ¿Se
les ha dado este nombre por ser el sitio más alto, como para significar que es
el cielo? Hay sin embargo mucha diferencia entre subir al cielo y subir al
paraíso de un teatro.
El paraíso de los teatros ¿Sera porque allí los pobres tenían un techo, no pasaban frío ni se mojaban y ademas podían escupir o mear en el suelo, useasé hacia abajo?.
ResponderEliminarSaluditos.
Vaya mala uva que se gastaba Voltaire.Aun asi me gusta su sabia interpretacion del Paraiso,un saludito,
ResponderEliminarA mi, lo que más me atrae de este representante la la Ilustración es su defensa incondicional de la tolerancia, en una época en que la opinión ajena tenía muy poco valor
ResponderEliminarAun con su ateismo hay que reconocer la tolerancia a nivel religioso de Voltaire,un saludo.
Eliminar¡Menudo salto diste, amigo Agustín, con 17 años, pasando del calor maternal de la madre iglesia al frío de uno de sus mayores demonios declarados!
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Tio Chinto mi salto fue de la hostia.Pero siempre respetare a cualquier tendencia religiosa.un saludo,
EliminarAgus, una preciosa lección de historia.
ResponderEliminarMuchas gracias Mamuma,Pero la leccion de historia es prestada de monsieur Voltaire,un saludo.
EliminarPues como paraíso, tenemos el mejor ejemplo de todo lo contrario, con la situación de esto que se llamo España. El mejor y mayor teatro de la historia.
ResponderEliminarEs que lo de nuestra amada patria amigo Dorama.Es un infierno de no te menea,un saludo,
EliminarPese a su indudable categoría intelectual, fue uno de los grandes impulsores de la leyenda negra anti-española. Además de un rabioso anticlerical. Por otra parte, disfruté mucho con su Cándido, y su defensa del buen salvaje en El Ingenuo.
ResponderEliminarFugisaludoS
La verdad es que no fue un gran amigo de nuestra patria.Pero la delicia de leerle no tiene precio,un saludo.
EliminarSu calidad literaria inenegable, su altura inelectual, evidente.
ResponderEliminarDicho esto, comparto lo apuntado por El Fugitivo sobre su inquina a España y propagación de la leyenda negra y lo pernicioso -por estúpido,pueril e infantiloide-, del concepto del "buen salvaje" del que hizo acopio la izquierda y la progresía y del que emana el "buenismo" tontorrón y complaciente.
Todo no podia ser bueno en Voltaire.Se supone que no solo las personas de izquierda leeran a Voltaire digo yo,un saludo.
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