Tengo 74 años, y ni en mis más tenebrosas pesadillas podía
imaginar ser testigo en directo de esta distopia que estamos viviendo. Es como si la histeria y el pánico programado
y manipulado, se hubiese instalados en las mentes de los que controlan la vida
y la muerte en este planeta. Lo que siempre fue una gripe que ocasionaba miles
de muertos en el mundo, por arte de prestidigitación se convierte en una
dantesca pandemia etiquetada como Covid19.
Algunas decisiones tomadas por los gobiernos, rayan en el más puro surrealismo. Un ejemplo digno de una mente enfermiza, la tenemos
en el primer ministro del Reino Unido, que aconseja que los ciudadanos mayores
de 70 años se queden en sus casas por un periodo de cuatro meses. UN ESTADO DE
SITIO O ALARMA, es visto por los gobiernos del mundo como algo normal. EL CIUDADANO, asiste impávido ante el recorte
insólito de sus derechos más elementales.
Lo más grave es que se da la máxima autoridad al EJÉRCITO,
para patrullar las calles y disuadir a
la población que haga su vida rutinaria de cada día. Todo este monumental circo se supone que
tendrá una poderosa razón, pero dudo mucho que sea para evitar muertes o contagio.
UN GOBIERNO MUNDIAL, está más cerca que
nunca en el horizonte, aunque al que tiene criterio propio y algo de lógica,
hoy puede ser tachado de loco o subversivo, digo yo.
Es lo que hay, por desgracia.
ResponderEliminarEsto no parará.hasta dentro de cinco meses,pero habrá mucho dolor,saludos,
ResponderEliminarMi muy querido y en la distancia, alejado amigo.
ResponderEliminarEste comentario te lo pego en tu post fechado el lunes 16 de Marzo. Como también auguras y augurabas, este puto gobierno no sólo está repartiendo estopa: también está repartiendo muerte entre la población civil,sanitaria,policial y entre el Ejército. No en vano se ha tardado un mes en decretar el Estado de Alerta.
Por eso ahora España y los españoles estamos al borde del precipicio y las ciudades están muertas. Y los que estamos confinados en nuestras casas resistimos sin material sanitario día a día como podemos y Dios nos da a entender, sin saber a ciencia cierta si mañana será el último día de nuestras vidas.
De momento mi esposa y yo estamos bien. Espero y deseo que en las Antípodas podáis frenar este puto virus. Recibe nuestro abrazo solidario.
Aquí en las Antípodas,de momento los infestados son una minoría.Desde luego comparado con nuestra amada patria,esto es el paraiso de momento,tocó madera por si las moscas,un cálido abrazo.
ResponderEliminar