El
suicidio, entre comilla, del famoso magnate del mundo de los negocios Jeffrey Epstein,
en una celda de máxima seguridad es algo que huele a podrido. Éste viscoso pedófilo tenia montada una red de
jovencitas de 14 a 16 años. Él proveía a personajes famosos del mundo del cine,
negocios y políticos de las altas esferas. Por supuesto esas incautas jovencitas
no despreciaban los 300 o 400 dólares que recibían por sus servicios sexuales.
Aún asi, este nauseabundo personaje se merecía un juicio público, de esa manera
pudiéramos haber sabido, con nombres y apellidos, quién eran sus despreciables clientes.
Entre los amigos más influyentes de este miserable estaba el antiguo presidente
Bill Clinton. Éste turbio elemento tenía un avión privado apodado Lolita Expresen,
en dicho avión se montaban orgias sexuales con gente muy poderosa. Ahora,
cuando este indeseable estaba dispuesto a colaborar con la justicia, dando los
nombres de sus riquísimos y poderosos clientes, amanece muerto en su celda.
Un
suicidio algo peculiar, púes este señor media 1,90 metros de estatura, y en su
celda era imposible ahorcarse. Las últimas
noticias, según la autopsia, indican que tenía los huesos rotos del cuello. En pocas palabras fue estrangulado. Una vez más, las cámaras de seguridad no
funcionaban ese día. Lo más increíble,
los dos guardias que le tenían vigilado todo el tiempo, ese día se quedaron dormidos,
jejeje. Todo es tenebroso en este asunto.
Esperemos que DIOS, en su infinita misericordia
perdone a esta alma depravada consumida por sus innumerables vicios. Eso sí, esperemos que tanto los que han
mandado asesinarle, como los que han mirado para otro lado, el karma le dé su
merecido en esta vida o en su próxima vida, digo yo.
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