Tras comenzar por el principio de que toda grandeza es
igual a sí mismo, el hombre termina calculando el peso del sol y los planetas.
Alega que fue hecho a imagen y semejanza de Dios, pero bebe con avidez la orina
del Lama. Tiene la capacidad de construir pirámides eternas, el Louvre,
Versaille, pero enmudecer de asombro ante una celda de abejas o una concha de
caracol.
Qué cosa singular el orgullo humano, parece imposible contenerlo,
se obstruye la salida A, y antes de que nos demos cuenta ya está surgiendo por
otra salida B, y así obstruimos esta, asoma por la salida C, etcétera,
etcétera.
Solo poseía una cosa viril, pero la decencia no le
permitía mostrarla.
Convertirse en buey no es todavía suicidarse.
Hoy permitir al Sol levantarse antes que yo.
Una de las hermanas tomó los hábitos y otra la bragueta,
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