Aunque no soy un amante de la poesía, tengo que admitir
que leyendo a Omar Jayyam, me siento totalmente identificado con la maravillosa
interpretación, que hace sobre la manera de vivir en este mundo. Sin necesidad de absurda metafísica ni locuras
teológicas, este gran poeta llegó a dudar de las palabras escritas en el Santo Corán. Ante el fanatismo nihilista de su tiempo, él
optó por cantar en sus versos la belleza de la vida y sus placeres.
Les dejo con algunas de sus ideas.
“El vasto mundo, un gramo de polvo en el espacio. Toda la
ciencia de los hombres, palabras, los pueblos, los animales y las flores,
sombras.
El resultado de la
meditación perpetua, nada. Sueños sobre
la tierra. Sobre la tierra y bajo la tierra, cuerpos extendidos. La nada en
todas partes. Desierto de la nada.
Llegan hombres. Otros se van. Sobre la Tierra abigarrada,
camina alguien que no es ni musulmán ni infiel, ni rico ni pobre. No venera a
Ala ni las leyes. No cree en la verdad, jamás afirma nada.
Sobre la tierra abigarrada, ¿quien es este hombre
valeroso y triste? Yo no me preocupo de
averiguar si tenemos un Señor ni de lo que Este hará de mi, si llega el caso.”
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