Siempre que se habla de la figura mítica de Jesucristo,
uno tiene en su mente el maravilloso y sublime Sermón de La Montaña. En este
hermoso pasaje es donde en mi caso, me identifico con lo que dijo a la multitud
que le escuchaba. En el Sermón de la Montaña, éste gran profeta salvador de la
raza humana, realiza su gran obra de amor hacia todos nosotros pobres y débiles
mortales. A día de hoy el legado de Cristo prevalece sin ninguna fisura. Por
supuesto no todo lo que decía y enseñaba Jesús, si uno lo procesa y analiza con
algo de racionalidad, era tan humano como el Sermón de la Montaña. Como cada
ser humano, Jesús tenía sus contradicciones, y mostraba su lado cruel y misántropo.
No deberíamos de olvidar que después de todo era un ser de carne y hueso, digo
yo.
Les dejo con sus palabras recogida por algunos
evangelistas.
Lucas, 14.26. Si alguno viene a mí y no odia a su padre y
a su madre, y a la esposa y a las hijas y a los hermanos y a las hermanas y
hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.
¡Qué magnánimo se mostraba aquí el Nazareno con el prójimo!
¿Eso es pura maldad, o no?
Juan.9.39. Yo he venido a este mundo para un juicio, para
los que no ven vean, y para los que ven se queden ciego.
Marcos 9.42.47. Y si tu mano te escandalizara córtatela
si tu pie te escandalizara, córtatelo. Y si tu ojo te escandalizara, sácatelo
que más vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser arrojado con los dos
ojos al infierno.
Desde luego ni Buda, Socrate, Confucio, y tantos hombres
santos y sabio, que ha dado la humanidad a este planeta, se atreverían a lanzar
tanta maldad por sus bocas, digo yo.
interesante texto No lo sabia
ResponderEliminarEl nuevo Testamento es una caja de sorpresas,saludos,
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