miércoles, 3 de mayo de 2017

UNAS GOTAS DE FELICIDAD


Aprovechando un hermoso y soleado día de otoño, me encaminé para dar un cotidiano paseo en el inmenso y hermoso parque público, que afortunadamente poseemos en la ciudad de Auckland.  Sentado en un banco y sin un alma alrededor mío, mi mente quedó en blanco, mientras un sol otoñal acariciaba todo mi ser.  En esos momentos me sentía completamente feliz, sencillamente no deseaba nada más que oír los cantarines sonidos de unos dulces pajarillos, que tenían la bondad de hacerme compañía.  Eso me hizo reflexionar, que hay momentos en nuestra existencia que tus pasiones están totalmente controladas, púes no codicias ni deseas los bienes ajenos.  Tampoco es necesario competir para subir unos ridículos peldaños, solo sentado y mirando ese cielo tan intensamente azul, que tenemos en New Zealand.  Me decía a mi mismo que la mejor terapia, para que nuestra atormentada alma encuentre algo de quietud, es sentarse un día soleado frente al mar, o un parque de cualquier ciudad, para dejar que nuestra alma y espíritu puedan recobrar esa necesaria tranquilidad que tanto necesitamos para poder proseguir este largo y tortuoso camino, que es en sí nuestras vidas.

2 comentarios:

  1. Es tanto como llegar al Nirvana budista, extinguiendo totalmente los deseos de cosas materiales. Saludos

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    1. el Nirvana es algo que se puede conseguir,Solamente se trataria de ser algo mas noble con los demas.Algo muy complicado en estos tiempos de competencia feroz.un abrazo.

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