España, dentro de su magnífica historia, fue por dos veces el centro de los acontecimientos habido en el mundo. Se podría decir que la primera vez ocurrió cuando El Imperio Romano dominaba el mundo. En ese arrollador triunfo de las legiones romanas, nuestra nación era una apetitosa fruta que tarde o temprano seria conquistada. En aquel tiempo no existíamos como una nación compacta. Sólo éramos una simple realidad geográfica. Pero los habitantes que poblaban las altas tierras desde los Pirineos hasta las cercanías de África tenían algo que destacaba. Esto era sus grandes virtudes de resistencia a cualquier invasión, y fue tan feroz la lucha ante el prepotente amo del mundo que llegó a conmover al mismo ejército invasor. Nada menos que dos siglos le costó a Roma la completa conquista del territorio español. En esta épica contienda según los historiadores no hubo ni vencedores ni vencidos. Púes el conquistado conquistó al conquistador. No por la fuerza, claro esta, sino por la superioridad de una cultura, de una civilización expansiva, que hizo que los españoles consintieran en entrar a formar parte de ese gran proyecto llamado el Imperio Romano. De esta forma España se fue Latinizando y Roma al mismo tiempo se Hispanizaba.
El segundo momento que España ocupó el centro del escenario mundial fue cuando el mundo Árabe desencadenó uno de los vendavales más extraordinarios que registró la historia con la invasión de España. De este modo las hordas musulmanas se podían extender como una catarata de agua sobre el resto de la indefensa Europa y aniquilar de un certero golpe a la Cristiandad. Fue entonces como un puñado de españoles se concienciaron de su noble misión histórica, oponiéndose con gran ahincó y fe a la ola musulmana de una manera casi milagrosa. En las montanas de Asturias se salvó la esencia del Cristianismo. Fueron ocho siglos de lucha que pudieron permitir al resto de los países europeos vivir con una cierta paz y tranquilidad. Para mí es una enorme deuda que Europa aun a día de hoy no ha sabido ni querido valorar.
Spain, in its magnificent history, was twice the center of world events. It would be fair to say that the first instance occurred when the Roman Empire dominated the world. In that sweeping triumph of the Roman legions, our nation was an appetizing fruit that would be conquered sooner or later. During that time we did not exist like a compact nation. We were only simple geographic reality. But the inhabitants who populated the high lands from the Pyrenees to the neighboring lands of Africa possessed some distinguishing features. This was its great virtue of resistance against any invasion, and it was so ferocious even against the then masters of the world that it moved the invading army. It cost Rome nothing less than two centuries to complete its conquest of the Spanish territory. In this epic fight, according to the historians, it was not won nor lost. It was the conquered who eventually conquered the conqueror. Not by force, of course, but by the superiority of a culture, an expansive civilization, that led to the consent of the Spaniards to enter into this great project known as the Roman Empire. In this manner, Spain went the path of latinisation and Rome became hispanised.
The second era when Spain occupied the center of the world-wide scene was when the Arab world triggered one of strongest political whirlwinds in its written history with the invasion of Spain. In this way the Muslim hordes extended through the territory like water from a waterfall, upon the rest of defenseless Europe; it annihilated Christianity with one fell swoop. It was then that a handful of Spaniards with a strong conscience of their noble historical mission, opposing with great faith the wave of Muslim influence in the most miraculous way. In the mountains of Asturias the essence of Christianity was saved. It took eight centuries of struggle so that the rest of the Europe could continue their civilization with a certain amount of peace and tranquility. For me this is an enormous debt that Europe as of today, still does not want to recognize or value.
Agustin no solo no quieren reconocerlo si no que están haciendo todo lo contrario. Entregan zonas enteras a los musulmanes y les permiten tribunales de Sharia. ¿Como es esto posible?. Lo pagaremos caro.
ResponderEliminarSaluditos.
Aguntin la historia siempre enmarca a los poderosos y olvida a los pequeños reinos que un dìa fueron los grandes bastiones de la lucha de las culturas.Una magnìfica entrada.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Y no solo eso Agustín, sino que sin transición alguna pasó, de nación conquistada a ser la colonizadora en un Imperio como jamás ha visto el mundo, llevando la cultura y el cristianismo a todos los rincones del orbe, algo que jamás nos reconocerán porque nunca hemos sabido vender lo que tantao esfuerzo y sangre nos costó.
ResponderEliminarLástima que nuestros conciudanos actuales no tengan la centésima parte del orgullo de la hispanidad que tuvieron nuestros antecesores.
Buenos días aquí, y noches allí.
Un abrazo y bienvenido a tu casa.
No solo en Covadonga, también en Lepanto paramos el golpe junto a las tropas del Vaticano y el Ducado de Venecia.
ResponderEliminarDe ahí a lo que somos ahora...Qué pena.
Esperemos que no se vuelva a repetir ninguna guerra y que no recordemos eso de: "Nos hijos de celtas e íberos, los pueblos más belicosos sobre la faz de la tierra" o aquello de "Santiago y cierra España". Defendamos el respeto y la paz.
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