Cuando pienso que la pena de muerte debería ser de nuevo implantada en algunos países, siempre acude a mi mente el polvorín de sangre en el que se ha convertido ese hermoso país que es México. ¿Por qué hago mención de este país? Es muy sencillo, la situación allí reinante requiere una violenta catarsis que pongan las cosas en orden de una vez. Púes no se puede está instalado en un estado perpetuo de salvajes y obscenas matanzas. Es entonces cuando aparece la palabra tabú anidada en tu cerebro. ¿Por qué no aplicar la pena de muerte a esos que impunemente asesinan de una forma tan atroz? Pero claro, si osas expresar ese pensamiento en voz alta, el anatema caerá sobre tu cabeza y serás tachado de repugnante fascista. Y digo yo, ¿qué hay de malo o perverso quitar la vida a alguien que antes la quitó a otros con salvaje alevosía? ¿Dónde diablo está entonces la justicia? ¿Es que las victimas son entes apartes e ignorados? Muchos países tienen instituido este método de justicia, sí, justicia, y no se me escandalicen los hipócritas amantes de la vida. Claro, ellos lo interpretan como un castigo desproporcionado. Bien, en ese caso, pongámonos de acuerdo que no sea el odioso Sistema democrático el encargado de cumplir ese cometido. ¿Qué les parece si son los familiares de las victimas? No, claro que no, dirán los ateos.
Pues, ellos verían una cierta coincidencia con el pasaje bíblico de ojo por ojo, y diente por diente. Señores míos, ¿qué hacemos pues? Muchos países tienen instituido la pena capital y eso no ha hecho que el mundo se parase. Un ejemplo es China con más de 10,000 ejecuciones al año. Otros ejemplos son Irán, Japón y EE.UU. Pero en el democrático Occidente no es políticamente correcto. Bueno, en ese caso, que siga la fiesta de crímenes execrables. Eso sí, el asesino saldrá con 20 añitos y así se acaba la historia. Yo, en este post, me posiciono a favor de la pena de muerte cuando se trata de un crimen de violación y asesinato de un chiquillo de 6 o 7 años u otros crímenes horribles contra la humanidad. Por supuesto me opondré de una manera visceral a que esta pena se aplique a una persona que luche por sus nobles ideales políticos y que sus manos no estén manchadas de sangre. Un ejemplo seria Sacco y Vanzetti, ejecutados en EE.UU. en 1927 o nuestro mártir José Antonio Primo de Rivera, ejecutado el 20 de Noviembre de 1936 en Alicante. Tratándose de la banda ETA, no es de recibo que gentuza que tienen 10 o más asesinatos en su haber, se paseen tranquilamente por las calles. Conclusión: La pena de muerte no deja de ser, después de todo, una medida que prevendría los crímenes más execrables.
When I start to ponder about the possibility of institutionalizing capital punishment in some countries, I start to think about beautiful Mexico and the scene of a constant blood bath that it has transformed into. So why do I mention this country? Very simply, that there is a need for a violent catharsis in this country so that things can be put in order once again. We simply cannot allow that it be mired in this unending stream of savage and grotesque massacres. This is when the taboo word “death sentence” comes to mind. Why can’t we apply capital punishment to those who kill with such impunity and atrocity? Of course if you dare to express that thought aloud, the anathema falls on your head and you will be called a repugnant fascist. And I say, what is so bad about taking the life of someone who had previously taken the life of another with premeditated malice? Where the hell is justice then? Are the victims just beings that can be marginalized and ignored? Many countries have instituted this form of justice, yes, justice, and the accusations of the hypocritical ‘supporters of life’ do not serve to derail me from my beliefs. Without a doubt they would interpret it like an inappropriate punishment. Well, in that case, let’s not place the administration of justice in the hands of the hateful democratic system. Wouldn’t it be more just to put it in the hands of victims’ family? No, definitely not, the atheists will say.
At least the family and relatives of the victims would find certain resonance in the Biblical passage of an eye for an eye, and a tooth for a tooth. What do we do then? Many countries have instituted the capital punishment and that has not caused a malfunction in its system. An example is that of China, with more than 10,000 executions per year. Other examples are Iran, Japan and USA. But in the democratic West this is not seen as politically correct. Well, in that case, there will be an incessant stream of heinous crimes. The murderer will walk free after 20 years and there the story ends. In this post, I am strongly in favor of capital punishment when it corresponds to the rape and murder of a young kid of 6 or 7 years old, or in relation to other horrible crimes committed against humanity. On the other hand, I am strongly against the idea that this punishment be administered upon a person who fights for his or her political ideals through noble means and not by bloody measures. A good example would be that of Sacco and Vanzetti, executed in USA in 1927 or our own martyr Jose Antonio Primo de Rivera, executed on the 20 November of 1936 in Alicante. As for the organization ETA, it simple does not make sense that these criminals who have committed 10 or more murders, be allowed to walk calmly in the streets. Conclusion: Capital punishment would serve as a good measure of prevention against the most heinous of crimes.
Estoy totalmente de acuerdo Agustín, pena de muerte a:
ResponderEliminarAsesinos
Terroristas
Violadores, si ya se ve, que reinciden más del 90%.
Y en el menor de los casos.
Cadena perpetua, que se pudran en la cárcel.
Saludos
Soy partidario de ese castigo penal para aplicación durante una temporada y hasta que se restaure el orden en un país. En México podrían comenzar a aplicarlo pero allí es muy dificil porque desde los gangsters de la droga hasta los ujieres del Presidente del país pasando por los jefes policiales y los ropones, todos estarían obligados a ser ahorcados.
ResponderEliminarUna solución intermedia sería la cadena perpetua sin atenuantes de ninguna clase.
Para ciertos crímenes y criminales estoy de acuerdo. Pongamos un ejemplo. Si Ben Laden hubiera sido listo se hubiera entregado en España y salvo extradición a USA en unos años estaría en la calle. ¿Serie eso decente?. Seria odioso para todos y especialmente para los familiares de sus victimas. Hitler hubiera terminado en un balneario cobrando una pensión del estado y dando entrevistas en la Noria cobrando un pastón. ¿Estamos locos?.
ResponderEliminarSaluditos.
Sí se pudiese garantizar la celebración de un juicio justo podría estar de acuerdo contigo, de hecho desde un punto de vista particular lo estoy, pero creo que, sí nosotros la aplicamos, serviría de fácil disculpa a otros estados con aún menos garantías procesales para aplicarla por las más diversas causas sociales, religiosas o políticas, de momento me decanto por la cadena perpetua, de verdad y para siempre, con trabajos forzados para resarcir a las victimas por lo menos en lo económico.
ResponderEliminarEn Méjico imposible, por lo que dice Javier. Allí todos son narcos, Estado y traficantes, se matan entre ellos por el poder y, en medio, los ciudadanos de a pie.
ResponderEliminarEn situaciones de emergencia, estoy de acuerdo, el terror de ETA es una situación de emergencia, el terrorismo siempre lo es, lo que justifica el ojo por ojo. Pero estoy de acuerdo con bymoya en que el juicio debería ser justo, imaginaté aplicada en España, no habría garantías. La cadena perpetua sin atenuantes ni reducciones de pena es una alternativa válida, si se cumple.
Un saludo Agustín.
Yo estoy a favor de la pena de muerte en determinados casos, como son el terrorismo o crímenes de especial gravedad como son los de violaciones y posterior asesinato de niños o mujeres.
ResponderEliminarSería exigible -eso sí-, garantías procesales que a día de hoy no existen en España, y ahí está el caso de Zougam como ejemplo de como un inocente puede dar con sus huesos en la cárcel simplemente por tres testimonios de nula credibilidad y que posteriormente se han demostrado falsos.