Sobre la revolución francesa se han vertido toneladas de tinta, y las opiniones más contradictorias. Ese periodo, aun hoy, levanta las más acaloradas y encendidas pasiones entre detractores o defensores de este acontecimiento. Entre los personajes que consolidaron el triunfo de la revolución francesa, Robespierre es por excelencia el gran icono de la revolución. Robespierre utilizo la oratoria como una herramienta de agitación popular. En sí la revolución francesa fue un gran exponente de la oratoria, Robespierre gozaba leyendo en voz alta a los clásicos franceses, una afición que revelaba en él un gran amor a la música de la palabra.
De vez en cuando se quejaba de la oratoria formal, de lo que era un entusiasta aficionado los diputados en la Asamblea Constituyente, y que imitaba conscientemente a los modelos de la vieja Roma, especialmente a Ciceron. Eran menos valiosas que las efusiones espontaneas que nacían de un corazón simple y sincero. Como orador, Robespierre inicio la revolución con ciertas desventajas técnicas. Hablaba con un fuerte acento regional, su voz, demasiado aguda para ser agradable, era débil de volumen y carecía de variedad en los tonos. Su presencia física no era imponente,
Era un hombre bajo y delgado, con una cabeza voluminosa. Su mala vista le exigía usar gafas. De todos modos su importancia no radicaba en la perfección técnica de su oratoria, sino en lo que tenía que decir. Insertaba con todo cuidado pausas destinadas a impresionar a los oyentes con el horror o hacer que estallen en aplausos entusiastas. Se puede decir que Robespierre emergió de la oscuridad parlamentaria para posteriormente abrirse paso y tomar el poder. Luchó y llevó al triunfo a la revolución con su magnífica oratoria. Cuando se habla de Robespierre, se le asocia siempre con el terror. Mas se le conocía como el incorruptible debido a su modesta y espartana forma de vivir. También se dio en él la gran ironía de ser un acérrimo partidario de la abolición de la pena de muerte. Mas su percepción cambio de una forma radical, al asumir la defensa de la joven Republica. La situación de la Republica era de extrema gravedad acosada en sus fronteras y graves disturbios en el interior. Este acoso radicalizo aun más a la revolución, lo que llevó a la creación de los llamados Comité de Salvación Pública, que estaban dotados de poderes especiales. Este periodo de terror supuso la muerte de miles de víctimas en la Guillotina.
Muchos de ellos eran obreros o campesinos, sin olvidar al clero que sufrió lo suyo también. Les dejo con algunas frases de Robespierre, <Es necesario terminar la guerra de la libertad contra la tiranía y atravesar felizmente las tormentas de la revolución.> <El terror sin virtud es desastroso, la virtud sin terror es impotente.> < El terror no es más que la justicia rápida, severa, inflexible.> Para mí Robespierre fue un talento que sucumbió a los 36 años victimas de su rectitud y su fanatismo. Fidel Castro dijo sobre el personaje, “El mundo necesita no solo un nuevo Robespierre, sino muchos Robespierre.”
In relation to the French revolution, tons of red ink has been spent producing many contradictory opinions. That period, up till today, instigates many heated debates between detractors and supporters. Among the people who contributed to the triumph of the French revolution, Robespierre above all the great icon of the revolution. Robespierre, who used the art of oratory as a tool to agitate the masses. As he was a great exponent of oratory, Robespierre enjoyed reading aloud in classical French, a fact which revealed him as a lover of the arts. From time to time he would organize a formal oratory at the Assembly of Constituents, where he would consciously imitate the masters ancient Rome, especially Ciceron. These oratories were less valuable than those borne of a simple and sincere heart. As an orator, Robespierre began the revolution with certain technical disadvantages. He spoke with a strong regional accent, his voice was too high to be pleasant; it was weak and it lacked variety in its tones. His physical presence was not imposing. He was a man low of stature and thin, with a voluminous head. His poor vision forced him to use glasses. In any case the importance was not in the technical perfection of his oratory, but in what he had to say. He inserted well-planned of pauses so as to impress upon his listeners with a sense of horror or to make them break out in enthusiastic applause. It is possible to say that Robespierre emerged from the parliamentary ranks to later to break through and take power. He fought and triumphed as part of the revolution with the power of his magnificent oratory. When it comes to the manner of speech of Robespierre, he has always been associated with terror. But he was also known to be incorruptible due to his modest and Spartan form to live. He was also a staunch supporter of the cause in the abolition of the capital punishment. But his views changed into a radical form, when he assumed the cause of defending the young Republic. The situation of the Republic was of extreme severity as it faced threats at its borders and there were serious internal disturbances. These threats radicalized the result of the revolution, which led to the creation of the Committee of Public Salvation, who was equipped with special powers. During this period of terror, there were thousands of victims who died at the guillotine. Many of them were laborers or farmers, and let’s not forget the clergymen who were also subjected to this punishment.
I leave them with some phrases of Robespierre, <It is necessary to finish the war of freedom against tyranny and to ride the storms of revolution.> <Terror without virtue is disastrous, but virtue without terror is impotent.> < Terror is nothing more than justice served in a fast, severe, inflexible manner.> For me Robespierre was a talent that succumbed to the 36 years of righteousness and fanaticism. Fidel Castro said the following about this person, “The world needs not only a new Robespierre, but many Robespierre.”
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