Ha
tenido la mala suerte la nación española, durante la historia de estos últimos tiempos,
que su vecino más cercano Francia, haya intentado debilitar a España con la
cobarde colaboración de los llamados afrancesados, gentuza que no han dudado en
traicionar a su patria, y ofrecer sus servicios al arrogante Gabacho. Un caso digno de mencionar, fue durante
nuestra gloriosa guerra de la independencia contra las huestes napoleónicas. En
este singular caso, fueron muchos los hombres ilustres que deseaban que Napoleón
derrotase a los aguerridos españoles. Ahora
en nuestra época, los que rinden pleitesía a Francia son numerosos. Un caso digno es la de un acomplejado, con
ínfula de ser presidente de España, llamado Albert Rivera. Esta marioneta no se esconde para demostrar
qué fascinado está por otro mediocre llamado Emanuel Macron. Resulta que el pequeño Napoleón ordenó a
Albert Rivera, que rompa cualquier vinculo con un partido racialmente español,
cómo lo es VOX.
Pero
el caso de sumisión surrealista llegó cuando un antiguo ministro del interior
francés ha sido recibido con los brazos abiertos, por Albert Rivera, para que
represente a Ciudadano, como el futuro alcalde de Barcelona, en las próximas
elecciones municipales. Me pregunto, y muchos españoles también, ¿qué cojones
hace un tal Manuel Valls como candidato a la alcaldía de la Ciudad Condal? En fin los traidores y acomplejados, ante los
cantos de sirena de Francia, son algo típicos de los que siempre han renegado de
la vieja y noble nación ibérica, digo yo.
Rivera se comporta como una veleta que responde siempre conforme a la orientación del viento. Y necesita que los ciudadanos le pongan en su sitio, fuera de la política, para que no perjudique más a los españoles, o que se marche de una vez para Francia con Valls y con Macron, para que arreglen allí lo de los chalecos amarillos. Un abrazo
ResponderEliminarEsperemos que an las proximas elecciones generales,el partido de Rivera desaparesca del maps.saludos.
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