Detrás de cada tableta de chocolate está el trabajo, la explotación, la miseria, las lagrimas de miles de niños africanos que a día de hoy son tratados como los nuevos esclavos del siglo XXI. La disminución de la producción de cacao africano aun no se nota en el precio, en parte a las grandes reservas acumuladas por las compañías que comercializan este producto. Las cosas se pondrán serias cuando se agoten. Tomar un chocolate con churros es algo muy popular en España. Podría ocurrir que a partir del 2015 solamente podamos tomar los churros. Según las más sombrías predicciones del experto en cacao Angus Kennedy, de aquí a 20 años el chocolate, el de verdad, el que lleva genuino cacao, será tan caro como el caviar. Esto se debe a que cada año hay menos cacao en el mercado, lo cual hace que suba su precio. Unas de las razones se sitúan en dos países africanos, Costa de Marfil y Ghana. Entre ambos llegan a producir el 50 por ciento de la cosecha mundial. Las plantaciones de cacao están muriendo. ¿La causa? Los bajísimos precios. Un ejemplo seria que un agricultor gana menos que 80 céntimos de dólar al día. Le es más rentable dedicarse a cultivar otro tipo de planta.
Cuando más alto estuvo el precio del cacao fue en la década de los 70. Alcanzo su máximo histórico en 1977, cuando se cotizaba a 3,000 libras esterlinas por cada tonelada de grano en el mercado de Londres. Este dato hizo que la producción a nivel mundial aumentara de forma sustancial hasta llegar a comienzo de los años 90, momento en que la oferta de grano llegó a ser superior a la demanda. Por consiguiente los precios se hundieron, llegando solo a pagarse 300 libras por tonelada. La situación no ha mejorado para nada. Poco a poco el cacao africano ha ido disminuyendo en los mercados. El peligro seria que desapareciese, pues nadie quiere trabajar en los campos con salarios tan mezquinos. Para suplir esta eventualidad los cuervos de siempre han optado por la mano de obra infantil. Al enterarse las organizaciones humanitarias de esta vuelta a la esclavitud infantil, montaron unas campañas de boicot a los países donde se estaba instalando estas abominables prácticas. Los países en cuestión son Costa de Marfil y Ghana. Como consecuencia de esto, si en 1980 los ingresos por las ventas de cacao suponían un 60 por ciento de los beneficios, al día de hoy solo es un 20 por ciento. Eso si los pulpo de los especuladores han conseguido que en 2011 los precios subieran un 40 por ciento. Púes la demanda no cesa y en el 2011 se consumieron 3.6 millones de toneladas de cacao, frente a los 2.8 millones que se produjeron. Conclusión, consumir chocolate se esta convirtiendo en un lujo, eso si a costa de las lagrimas de unos chiquillos africanos. ¿Que aun les parece dulce el sabor del chocolate?
Behind every bar of chocolate there is labour, exploitation, misery, tears of thousands of African children that are being treated as the new slaves of the 21st century. The decline of African cocoa production is still not perceptible in its price, in part due to the large reserves accumulated by the companies that sell this product. Things will get serious when the reserves run out. Eating chocolate with churros is something very popular in Spain. It could be that 2015 we would only be able to eat churros. According to the bleak predictions of the expert on cocoa Angus Kennedy, the true commodity cocoa would be as expensive as caviar within 20 years. This is because every year there will be less cocoa on the market, which would exert upward pressure on its price. Part of the reason lies in two African countries, Ivory Coast and Ghana. Between them they produce 50 percent of the global harvest. The cocoa plantations are dying. The cause? Very low prices. An example would be that of a farmer who earns less than 80 cents a day. It would be more profitable for him to devote himself to cultivate another type of crop.
The price of cocoa was at its highest in the 1970s. It reached its historical peak in 1977, when it was trading at 3,000 pounds sterling for every ton in the London market. This inflation led to increased global production, substantially up to the beginning of the 1990s, when the supply of cocoa exceeded its demand. Thus the prices sank, reaching just 300 pounds per ton. The situation has not improved at all. Little by little the African cocoa has been declining in the markets. This serious scarcity is due to the fact that nobody wants to work in the fields with such petty wages. To solve this problem the vultures have resorted to child labour. Upon receiving information of this practice, the humanitarian organizations have initiated campaigns boycotting the countries that have resorted to these abominable practices. The countries in question are Ivory Coast and Ghana. As a result of this, as compared to 1980 when cocoa sales revenue accounted for 60 per cent of its income, today it is only 20 percent. Even if the speculators have managed to increase the price of cocoa by 40 percent in 2011, demand has not waned as in 2011, a total of 3.6 million tons of cocoa have been consumed as compared to the 2.8 million produced. Conclusion, eating chocolate is becoming a luxury, that if at the expense of the tears of a few African children. Who is savoring the sweet taste of chocolate now?
Siempre la misma situación, amigo Agustín. Para que en en el llamado primer mundo podamos disfrutar de nuestro tren de vida, es preciso que en el tercer mundo lo pierdan. Así de injusto, así de criminal. Ocurre con el cacao, con el café y con tantas y tantas materias primas que se consiguen a precios de muerte.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
DON AGUSTIN has dado una espactacular llamada de atención sobre algo en que es dificil de reparar que sea causa de explotación infantil.
ResponderEliminarPobre Africa, siempre bajo la bota de unos mercenarios sin escrúpulos desangrando a las gentes que aún no han cogido el kalasnikov a los 10 años.
Ese mundo de intermediarios se da también en los países como España comprando a precios de miseria producciones agrícolas que luego cobran 50 veces más al consumidor. Los agricultores no salen de su pobreza y los internmediarios se hacen ricos.
Cada vez que coma un poco ce chocolate me acordaré de esos pobres niños.
Agustín,
ResponderEliminarMuy acertada la entrada de hoy. Soy gran fan del chocolate y, la verdad, no tenía muy presente las circunstancias en las que se trabaja el cultivo del cacao.
Supongo que el Tercer Mundo es una bolsa de mano de obra muy barata para que los ricachones la dejen de lado... y los dirigentes de esos países explotados, unos corruptos que venden a su población por un palacete de mármol blanco o un AK-47 de oro puro.
Mal asunto.
Un saludo.
Qué lástima que todos esos "defensores de los derechos humanos" amigos de Chavez y Fidel no habran la boca ni mencionen estos temas tan sangrantes.
ResponderEliminarTambién lo recordaré con cada bocado, es tremendo.
El ser humano es tan sumamente estúpido que, por tal de hacer dinero, está jodiendo todo lo más básico, que es comer, por ir pillando más dinero impreso de curso legal. El hombre cómo enemigo del hombre y terminaremso comiendo mierda. Literalmente.
ResponderEliminarUn saludazo.
Es una característica del ser humano, el hoy se antepone al mañana.
ResponderEliminarLa historia siempre se repite, y quien menos hace, es el que se lleva la mayor ganancia. Para el que lo produce, la miseria. Y a la larga, pagamos todos ese comportamiento avaricioso de unos pocos.
ResponderEliminarUn abrazo
Los cabronacos dominan el mundo. Hacen con los precios lo que quieren, pero no es problema del capitalismo ni del liberalismo si no la falta de el. Si cualquiera pudiera comprar y vender directamente cada cosa tendría su precio y los productores ganarían lo justo, pagando el consumidor precios razonables. Ahora están desinvirtiendo en comida para invertir en materias primas, especialmente energéticas. Pero eso solo es por falta de liberalismo en el mercado, todo son oligopolios encubiertos.
ResponderEliminarSaluditos.
Pasa algo parecido con el café que cuando sube un poco de precio todo el mundo se lanza a producirlo, cuando regiones enteras se dedican al monocultivo de algo, al final generan perjuicios a sus habitantes.
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