Al verle enseguida pude ver la desdicha en su rostro. Su avanzada ancianidad era más que evidente. Eso hizo que una súbita compasión se apoderara
de mi endurecida manera de sentir. La
ropa que llevaba puesta por decir algo, era una mezcla de harapos sucio y pestilente.
Todo eso era acentuado por un andar
cansino y torpe. Me preguntaba intrigado,
¿qué podría buscar en una librería publica? Posiblemente el crudo invierno llevó sus
temblorosos pasos a aquel cálido y reconfortante lugar, o su inaudita pasión
por la lectura era más fuerte que sus interminables achaques. Para mí solo era un ser humano perdido en un
mundo que ya no era el suyo, y en donde su tiempo tenia una acelerada fecha de caducidad.
Me podía imaginar a ese ser humano cuando
en un lejano tiempo tenia esposa, hijos y amigos.
Ahora todo aquello se había evaporado. Para los que le conocían solo representaba una
pálida sombra. Lo que más me fascinaba
de esa persona era como se aferraba a la vida, o era la vida que no soltaba su presa,
una presa en plena y decadente vejez. Eso me hizo pensar que cuando viniera la
muerte a por él, su victoria no tendría ninguna trascendencia en aquel
envejecido y desdichado ser. Ése
pensamiento hizo que las lagrimas brotaran en mi pétreo y glacial rostro. Ése día mi autoestima para mí y los demás
seres humanos ganó algunos puntos, en mi egoísta y solitaria vida.
Agustín, a muchos les imponen la pobreza, otros luchan por salir de ella y, aunque nos parezca imposible, otros eligen vivir la vida en libertad en la calle, llevando a cuestas solo lo puesto y son felices, incluso más felices que tú o que yo y tal vez sean ellos los que se compadezcan de quienes vivimos atados a una forma de vida que nos ahoga por todas partes. Aunque pensamos que tenemos libertad no es cierto, pues siempre hay algo que nos ata, sino es el trabajo, es la familia u otros compromisos, acaparar y crecer, y cada día que pasa, en estos tiempos que corren, cuando nos acercamos a la vejez y echamos la vista atrás muchos nos preguntaremos ¿mereció la pena?.
ResponderEliminarLa verdad es que en algunos casos no merecio la pena.Para mi la vejez tendria que ser una de las cosas mas protegida de esta dificil vida,un saludo.
EliminarPalabras verdaderas, amigo Agustín. Y muy sentidas.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Queria escribir algo diferente.Y la vejez es un tema muy amplio,un saludo,
EliminarMe ha gustado mucho lo que cuenta y como lo cuenta. Ademas conciso y directo al corazón, un disparo de sniper, una bala de plata.
ResponderEliminarSaluditos.
Gracias Don Zorrete.Para mi era importante escribir sobre la desdicha de algunos seres.Tambien es una nueva experiencia,Pues siempre escribiendo sobre politica me cansa,Voy a intentar escribir mas sobre la vida cotidiana,un saludo y me alegro que le gustara el post,
EliminarEso es cierto, no tardando mucho todos seremos una pálida sombra de lo que fuimos. ¿Nos quedará la música?.
ResponderEliminarYo siempre digo que la vejez, es muy fea de estètica, espero estar equivocado y que sea bella interiormente, cuando la vida de los años nos sobrepasan, habrà que prepararse para vivir el dia a dia como un todo y no dejar nada para mañana.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola Agustín.
EliminarNo se vive lo suficiente para realizar las cosas que quieres hacer en la vida, los años pasan cada vez más rápido.
En tu entrada por cierto me ha gustado mucho....me ha recordado un post que hice sobre la vejez vista con otra perceptiva : el maltrato, la miseria,el olvido, y toda esas cosas que parte de los ancianos sufren y que sin duda en un futuro nos puede ocurrir a nosotros.
La vida son dos días y nos empecinamos en complicarla sobre todo la complican cuando dejas de servir cuando te has tirado toda la vida trabajando y luchando para pasar tu vejez solo, olvidado e indiferente a familias, amigos y personas,....que triste.
Un cordial abrazo Agustín.
Hola Fus y E.P.Gracias por sus amables comentarios.Yo aparte de la estetica de una persona mayor,Lo importante es saber morir con una cierta dignidad y algo de paz interior.un saludos a ambos,
EliminarAferrarse a la vida es un instinto natural, tan vital cómo el temor a la muerte ante la ignorancia de loq ue hay tras la misma. No sabría yo acertar a decir cómo conjurar algo tan institivo en el Hombre cómo el hecho de respirar o comer. Incluso me da por pensar que el hecho más antinatura que puede hacer un ser humano es morirse.
ResponderEliminarUn saludazo.
Para mi aun a mi edad no logro entender lo de aferrarse a la vida.Yo creo que el hecho de morir es de lo mas natural,Otra cosa es como morir,un saludo,
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