Soy de la opinión que la actual crisis que sacude hoy a nuestra patria tiene una cierta analogía con lo escrito por Ángel Ganivet en 1897 en su famoso ensayo El Idearium Español. Ganivet es uno de los pensadores más olvidado y enigmático que ha dado nuestra nación. Podría decir que Ganivet era un espíritu inaudito, contradictorio, arbitrario y bastante desconcertante. Siempre ha resultado algo difícil clasificarle en una determinada tendencia filosófica o literaria. Fue a un tiempo algo romántico y naturalista, sobre todo era un observador sagaz y un pensador más que clarividente. Para desgracia del mundo intelectual español de la época su existencia fue breve, pues no llegaría a cumplir los treinta y tres años. Con esa edad tan temprana se suicidó arrojándose al rio Duina en la ciudad de Riga en Letonia, en donde era el cónsul de nuestra nación. De esta forma murió el que seria el precursor de la llamada generación del 98. La gran obra de Ganivet es por supuesto El Idearium Español, uno de los trabajos de filosofía política más profundo que se haya escrito en el siglo XIX, sobre la civilización española.
En este ensayo Ganivet indaga en la causa de la decadencia nacional y señala una a uno, los gérmenes de nuestra descomposición interna. Ganivet supo penetrar en lo más intimo del alma de los españoles sin aparatos científicos y casi en términos corrientes, bosquejó todas las formulas de regeneración aplicándolas a cada uno de los padecimientos del cuerpo social de nuestra nación. Ganivet sin embargo, en algunos pasajes del Idearium, es optimista en exceso y parece demasiado seguro del venturoso porvenir espiritual de España. En materia religiosa Ganivet se declaraba incrédulo. Como Ludwig Feuerbach, sostenía que los dioses son creaciones de los hombres, igual como Jesucristo, el más humano de todos. Para Ganivet, el fin de todos los seres humanos consta de acabar en la nada, púes no cree el en la perduración de la vida ideal, así como no cree en la vida orgánica. Para Ganivet la mayoría de los católicos viven sin fe ni amor a las ideas evangélicas; solamente una minoría las defiende con entusiasmo. La historia recordará a esta minoría. Su visión sobre la sociedad humana era la siguiente, “El hombre no tiene ningún fin que cumplir en la sociedad. El Sistema Social venda los ojos de cada cual, convirtiéndoles en una mula atada a la noria, y que da vuelta algunas veces en vano por la sequedad de la misma, y que otras veces saca agua sin saberlo.” Ganivet pensaba que los españoles son fundamentalmente estoicos y que han caído en la abulia, parálisis de la voluntad. En sí, Ganivet en su libro hacia un llamamiento a la revitalización de España. Yo desde luego después de leer El Idearium Español, me reafirmo que Ganivet está más vivo que nunca.
La cosa no es de ahora, amigo Agustín, viene de lejos. Somos un pueblo olvidadizo que, para nuestra desgracia, arrinconamos, fácilmente, a quienes más nos favorecen. Se diría que Ganivet no existe para los españoles. Además, ni siquiera sale en la televisión, donde cualquier mediocre se hace oír a todas horas.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Me imagino, que con esos pensamientos polìticos-filosòficos, en su tiempo serìa un escritor maldito. Comparto la idea de Tio Chinto que de Angel Ganivet no se habla en TV, solo ha quedado como nombre de calle. Muchas gracias por dàrmelo a conocer.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Una estupenda y acertada presentación, de lo más actual, se ve que en España cambiamos poco y avanzamos menos.
ResponderEliminarEs dificil que en España recuerden a alguien que piense.
ResponderEliminarMuchas "cabezas pensantes" del panorama político nacional deberían tenerlo en cuenta.
ResponderEliminar"El Sistema Social venda los ojos de cada cual, convirtiéndoles en una mula atada a la noria, y que da vuelta algunas veces en vano por la sequedad de la misma, y que otras veces saca agua sin saberlo" parece que esta frase esté escrita de esta misma mañana...
Un abrazo muy grande.
María Eva.