En estos tiempos tan turbulentos, donde la irracionalidad de nosotros los llamados seres racionales, estamos causando tantas muertes y dolor a otros de nuestros semejantes, tanto si es por motivos mezquinos como fanatismos religiosos, nacionalistas en busca de caducas banderas, saqueos y robos de materias como petróleo, minerales, agua y alimentos.
Uno se pregunta, viendo a los hermosos gatos de Estambul, tomando el sol de Otoño, si no serán estos fascinantes felinos algo más pragmáticos y sabios que nosotros. Pues después de todo, lo que se trata en este corto periodo que se nos ha otorgado en esta vida, es vivir y dejar vivir. Claro que para los malditos que controlan nuestras vidas, el darwinismo social es la única fórmula de que luchemos unos contra otros para tenernos siempre controlados.
¡Cómo me gustaría cambiarme por un Kedi de Estambul, digo yo!
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