HILLARY CLINTON Y LA SANGRE AJENA

La vertiginosa carrera de Hillary Clinton hacia la Casa Blanca es arrolladora. Aunque yo si fuera un ciudadano norteamericano, me guardaría mucho de dar mi apoyo y mi voto a esta cruel mujer. Me pregunto, ¿cuántos de los millones de seguidores de esta mujer saben de verdad la clase de víbora que se esconde detrás de su enigmática sonrisa? Intentaré refrescar la memoria a esos que piensan que esta señora puede regenerar a la gran nación americana. Ésta arpía apoyó con dinero de los contribuyentes, la compra de armamento de alta tecnología para posteriormente entregárselo a las milicias que luchaban por derrocar al coronel Gaddafi.  Estas milicias, se ha sabido ahora, estaban controladas por la organización terrorista Al Qaeda.  Fue la hiena de Hillary Clinton en su alto puesto de Secretaria de Estado, la encargada de ordenar a la OTAN de que sembrara de miles de cadáveres, la gran  mayoría de ellos civiles  los pueblos y ciudades de Libia.

En cientos de correos electrónicos descubiertos por periodistas independientes, se puede leer las horripilantes justificaciones de Hillary Clinton, por las salvajes matanzas ordenadas por ella. Es más se rió a carcajada al enterarse de la atroz muerte del coronel Gaddafi.  En el pasado apoyó sin ninguna reserva la infame invasión a Iraq del 2003, guerra que ocasionó más de 500,000 muertos. Ya ven, una persona con una trayectoria tan criminal, podría ser la próxima presidenta de USA.  Eso sí, un hombre de negocios como Donald Tramp, que no tiene sus manos manchadas de sangre ajena, es el villano de la actual historia americana.  La verdad yo no lo entiendo, a lo mejor es que vengo de otra galaxia, digo yo.